Nicaragua:
¡Los trabajadores se organizan y expulsan los golpistas de sus fábricas
ante el terror fascista!
Por Dick Emanuelsson
“En Masatepe unos 40 pobladores encapuchados con
morteros intentaron de desestabilizar esa empresa pero los obreros quieren
trabajar. ¿Qué sucedió? Que los trabajadores en forma espontánea decidieron
defender su estabilidad y salieron 300 trabajadores de una empresa maquilera y
sacaron a estas 40 personas”, dice Pedro Ortega, secretario de asuntos
laborales de la Dirección Nacional de la CST, Central Sandinista de
Trabajadores.
MANAGUA-TEGUCIGALPA / 2018-06-06 / Los 120.000 trabajadores
de manera directa y 250 mil indirectos que laboran en los parques industriales
en Nicaragua ya perdieron la paciencia con la oposición golpista que intentan a
través el terror y morteros imponer un paro de producción en el país.
En
los dos días más recientes han sido hostigados y atacados los obreros y obreras
en diferentes maquilas, fábricas situadas en parques industriales con una gran mayoría
de mujeres. Los ataques se han producido en los municipios de Tipitapa, Managua
y Masaya, nos cuenta en la siguiente entrevista de audio Pedro Ortega,
secretario de asuntos laborales de la Dirección Nacional de la CST, Central
Sandinista de Trabajadores sobre los ataques a los obreros de la oposición
golpista.
“¡A quemar
la empresa!”
En la
maquila en el municipio de Tipitapa encapuchados entraron en la madrugada el
día martes de forma violenta, derribaron un portón y amenazaron e intimidaron a
los obreros que se encontraban en su jornada laboral. Destruyeron las cámaras de
vigilancia, hostigando tanto a los obreros como a las gerencias, amenazando de
quemar al Parque Industrial si no pararan la producción.
“Entraron disparando con morteros y dijeron que
tenían que sacar a los trabajadores, si no, tendrían que quemar la empresa. En
la empresa 60 por ciento son mujeres y les dio temor y miedo ante la presencia
de morteros y gente encapuchada”, nos cuenta el dirigente sindicalista Pedro
Ortega.
Parte de la dirección de la CST, inclusive Pedro Ortega. FOTO: G. MIRANDA. |
Mujeres y
cabeza de familias. ¿Y las feministas?
Ante esta situación de terrorismo abierto
contra gente trabajadora, la gerencia de esa empresa tomó la decisión de
suspender las labores, dejando tres mil trabajadores en la calle, cuenta Ortega,
sin sustento para sus familias. Muchas son mujeres que son cabeza de familia con
responsabilidad de alimentar a sus hijos.
Las organizaciones feministas, diferentes ONG’s
que reciben jugosas donaciones del exterior y que en Nicaragua trabajan con
niños o mujeres en su desarrollo, deberían reflexionar por sus posiciones y
respaldo a ese terrorismo que ataca, no solo la fuente del ingreso de las
familias obreras y campesinas, sino también atacan, como el caso de Masaya al
hospital público con mujeres embarazadas y niños recién nacidos.
“En otra empresa que produce cartón entraron
disparando con morteros creando pánico y se paró la producción, dejando casi
15.000 trabajadores (sin ingresos). Está en peligro el empleo de la zona
franca. Porque hoy son tres días sin labor. La estabilidad laboral peligra. En
total son 50.000 trabajadores en igual situación de empleo”, subraya Ortega.
Paro
Nacional ¿contra quién? El caso venezolano 2002
La mayoría de los dueños de las maquilas son
estadounidenses, canadienses, coreanos y una u otra empresa europea, pero
principalmente son norteamericanos y coreanos.
Como el intento de un ´Golpe Suave´ no tiene
una base social y política popular, la oposición de la extrema derecha ha
exigido que la organización empresarial Cosep convoca a un Paro Nacional contra
ellos mismos, es decir lo que en Europa se llama ´lockout´. Los mismos
capitalistas cierran sus fábricas y medios de producción, buscando presionar al
gobierno a tal grado que cede ante la presión económica.
El caso emblemático es el paro petrolero de los
mismos gerentes de la vieja gerencia de PDVSA en Venezuela, que en el 2 de
diciembre de 2002 cerró la producción para obligar al entonces nuevo presidente
Hugo Chávez a renunciar la presidencia. El paro petrolero duró dos meses y le
costó a la nación más de 20 mil millones de dólares.
300 obreros
expulsaron los golpistas
En Nicaragua, dice Ortega, los violentos
opositores intentan ahora hacer lo mismo. Y como no tienen ninguna influencia
en el movimiento obrero y sindical no pueden parar la producción. Por lo tanto,
se dirige con sus armas a las gerencias, obligándolas cerrar las fábricas en
los grandes Parques Industriales.
Dice el líder sindical que en el municipio de
Masaya existe la misma incertidumbre ante los increíbles ataques contra el hospital,
la alcaldía, la estación de policía, al Mercado de Artesanía, convertidos en objetivos
y blancos militares por las hordas fascistas que durante las noches atacan y atracan
a la gente en común. Y ahora se dirigen contra las maquilas de la región de Masaya,
como en el caso esta mañana.
“En Masatepe unos 40 pobladores encapuchados
con morteros intentaron de desestabilizar esa empresa pero los obreros quieren
trabajar. ¿Qué sucedió? Que los trabajadores en forma espontánea decidieron
defender su estabilidad y salieron 300 trabajadores de una empresa maquilera y
sacaron a estas 40 personas que querían hacer lo mismo como han hecho en
Tipitapa. Fueron expulsados, a pesar que les tiraron morteros a los
trabajadores. Pero los trabajadores con palos sacaron esas personas. Fue la
respuesta a las acciones desestabilizadoras que les quieren obligar a los
trabajadores a que paralicen sus labores. Porque los trabajadores quieren paz y
trabajo.
El Seguro
Social y las pensiones
El origen de la revuelta reaccionaria fue el
paquete para financiar el “hueco” en las jubilaciones y el seguro social. El
director de la Revista Correo (Managua), Jorge Capelán hace éste resumen cual
fue el verdadero contenido de la reforma que quiso hacer el gobierno
sandinista:
“El detonante del “golpe suave” fue una reforma del sistema de seguridad
social del país que tiene un déficit de 80 millones de dólares que debe ser
cubierto. La propuesta del FMI y de la irresponsable dirigencia empresarial del
país era subir la edad de jubilación duplicando el número de años cotizados,
reduciendo una gran cantidad de costos y privatizando el sistema de modo que
solo los grupos con alto poder adquisitivo tuvieran derechos. La propuesta del
gobierno era de reducir las jubilaciones en un 5% aumentando levemente la cuota
de los asegurados trabajadores y aumentando fuertemente la de las empresas y la
de aquellos con los ingresos más altos. La idea era la de salvar un sistema
solidario e incluyente con el aporte de todos pero especialmente de los
sectores más pudientes. El planteamiento del gobierno era de no subir ni la
edad de jubilación ni de aumentar los años trabajados”.
El sindicalista Pedro Ortega esta acuerdo con
la descripción sobre lo beneficioso era la reforma para consolidar el carácter solidario
a los jubilados, sobre todo los trabajadores con pocos años de cotización,
mientras el FMI y Cosep querían obligar al estado de Nicaragua de ampliar la
edad de jubilaciones de 60 a 65 años más, entre varias exigencias neoliberales:
“Es un sistema solidario. Los trabajadores
pagarían de su sueldo el actual 6,25 % a un 7 % de su sueldo. A los
empresarios tendrían un aumento de tres por ciento dividido por tres años. La
solidaridad se basa en financiar el sistema de jubilaciones y el sistema de
salud y eso era lo que el gobierno estaba impulsando para que cediera una
reforma que no se perjudicara a los trabajadores. Pero Cosep no aceptó dicha propuesta
en vista que ellos también tenían otros motivos con la reforma fiscal, como las
exoneraciones del gran capital que tienen más de 30 años de estar exentos de
impuestos y exoneraciones. Era parte del chantaje de Cosep contra el gobierno,
el chantaje con el seguro social”.
En resumen podemos concluir que la pelea en
Nicaragua, desde el inicio, ha sido una lucha clásica entre Capital y Trabajo,
entre Burguesía y Proletariado, entre Derecha e Izquierda.
Escucha toda la entrevista (26 minutos):
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