Todo un pueblo en León, Nicaragua, participó en la insurrección los primeros días del mes de junio del 1979 en contra la tirania Somocista. FOTO: MIRIAM EMANUELSSON. |
HISTORIA y
REVOLUCIÓN:
Así fue la toma del Fortín de Acosasco en la
insurrección el 7 de julio de 1979 en León, Capital de la Revolución Sandinista
Por Dick & Miriam Emanuelsson, Resumen
Latinoamericano
¡A restaurar el Fortín y
reconstruir para que las nuevas generaciones no olviden la historia de un
pueblo heroico!
En este reportaje desde “La Capital de la Revolución”, la ciudad de
León, liberada 12 días antes de la victoria, los reporteros Dick & Miriam
Emanuelsson conversan con ex combatientes sandinistas. Ellos participaron en la
insurrección de la segunda ciudad de Nicaragua así como en la liberación de
León y el emblemático Fortín de Acosasco. El Fortín fue un centro de tortura,
impenetrable por su posición geográfica y topográfica excelente de punto de
vista militar. Ahí fueron torturados, interrogados y ejecutados centenares de
presos sandinistas por la Guardia Somocista.
Hoy, la tarea que se han puesto estos veteranos guerrilleros, es
restaurar el Fortín para que sirva como un visible monumento y museo para esta
y próximas generaciones de jóvenes nicaragüenses.
Desde el Fortín Acosasco se tiene una vista a todos los flancos y una posición excelente para combatir al enemigo que viene del Mar Pacífico. FOTO: MIRIAM EMANUELSSON. |
LEÓN, NICARAGUA, 7 DE JULIO DE 1979: Metro por
metro avanzan las columnas guerrilleras hacia el inexpugnable Fortín de
Acosasco. Paralelamente va con velocidad lenta un equipo móvil de la emisora
Radio Venceremos, órgano oficial del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
El encargado de la radio, Edmundo Icaza toma el micrófono y con una voz
jadeante narra en directo el avance de la guerrilla a través de la frecuencia
de onda corta de la radio, contando que faltan pocos metros para llegar al
Fortín en donde la Guardia escapa pero es perseguida por los guerrilleros del
Frente Sandinista.
DESPUÉS UN MES DE COMBATES callejeros en León al fin los
habitantes pudieron salir a las calles para festejar, pero también para exegir
castigo a los verdugos sanguinarios del pueblo. Una de las peores dictaduras de
Latinoamérica, la dinastía Somocista, había llegado a su fin. Fue una dictadura
creada y respaldada por los gobiernos de turno de los Estados Unidos. En su
”Hoja de Vida” se registraba el asesinato en 1936 del Heroe Nacional Augusto César
Sandino. Más de 50.000 nicaraguenses habían sido asesinados por
esa Guardia Nacional que fundó EE.UU. bajo el mando del primer Somoza: Anastasio
”Tacho” Somoza Garcia.
El último baile de Somoza en León . |
Pasaron 20 años
desde el asesinato de Sandino. El reloj marcaba las 23.20 el 21 de septiembre
de 1956. El Partido Liberal Nacionalista (PLN) festejaba que había lanzado
nuevamente a Somoza como su candidato presidencial, un hecho netamente formal
en un país en donde el Dictador se vestía en ropas democráticas. Somoza se movía
alegremente en el baile en la “Casa del Obrero” en León donde se había
efectuado el proceso de la postulación del Dictador al tono de la música del
“Caballo Negro”. Lo que no vio o no notó fue el joven poeta de 28 años, Rigoberto Lopez
Perez, que se había levantado de su silla y se acercaba a Somoza con una
sonrisa cuando sacó su Smith&Wesson, de calibre 38 disparando cinco veces
contra el Hombre de los Gringos que cayó mortalmente herido al piso.
El joven poeta Rigoberto López Pérez. |
Anastasio Somoza y Jack Murphy, un congresista estadounidense que estudiaba junto con Somoza en West point. |
EL HIJO, ANASTASIO SOMOZA DEBAYLE, fue el natural
heredero del poder. A sus 10 años de vida fue enviado a Estados Unidos y su
carrera fue coronada 1943, cuando a la edad de 17 años comenzó a estudiar en
West Point, la Academía de Guerra de EE.UU.
Cuando la Revolución Sandinista se
había convertido en un hecho indiscutible el 19 de julio de 1979, Anastasio
huyó con la guaca del estado (el Banco Nacional) a Miami, lugar donde
frecuentemente arriban los diferentes dictadores latinoamericanos cuando son
derrocados por sus propios pueblos. Pero el presidente entonces, Jimmy Carter,
sorprendió al mundo negando a Somoza asilo y un lugar tranquilo donde terminar
sus días. El sucesor de Carter, el demócrata y ex presidente Franklin D
Roosevelt, expresó una vez acerca de las críticas por las excelentes relaciones
entre EE.UU y la dictadura de Somoza que “Tal vez Somoza sea un hijo de puta,
pero es nuestro hijo de puta”.
Para Somoza no hubo otra alternativa
que la de volar donde su íntimo amigo en el Paraguay, el dictador militar
general Alfredo Stroessner (1953-1989). Pero fue un exilio corto,
porque el 18 de septiembre de 1980 el carro blindado de en el que viajaba con
sus escoltas cayó en una emboscada en la capital Asunción, acción militar
ejecutada por el movimiento argentino Ejército Revolucionario del Pueblo, ERP.
La Dinastía Somocista ese día fue definitiva y literalmente enterrada.
Los restos del carro de Somoza después del "Bazukazo" en la capital paraguaya, acción armada ejecutada por el ERP. |
El Fortín como defensa a los Piratas
EL SOL BRILLA Y CALIENTA SIN PIEDAD la mañana dominical cuando llegamos al Fortín de Acosasco. Fue el último
bastión que la Guardia controlaba, prácticamente imposible de tomar. Fue
construido 1889 por el entonces presidente conservador Roberto Sacasa. El
motivo era defender León de los piratas que operaban en ambas costas de la
“Cintura de América”. Con la dictadura somocista fue convertido en una base en
donde los enemigos a la dictadura eran torturados y asesinados.
Con el triunfo del 19 de julio de
1979 el Fortín fue gradualmente abandonado y a partir de 1990 se convirtió en
un escondite de ladrones. Las rejas de las celdas u otro tipo de hierro del
Fortín fueron desmontadas y vendidas como chatarra. La humedad tropical invadió
a los calabozos que fueron deteriorados.
EL AÑO 2012 EXCOMBATIENTES SANDINISTAS fundaron un grupo de trabajo que con el respaldo del
alcalde y el concejo de León quiere restaurar el Fortín para mantenerlo vivo
como un museo. Turistas extranjeros siempre nos preguntan sobre el Fortín. Pero
faltan recursos económicos, dice Edgar Lanza Casas, ex combatiente del pelotón sandinista Abraham Zapata del barrio
Zaragoza, cuando comenzamos nuestra excursión en el Fortín, construido como
un triángulo.
– Nosotros nunca pudimos tomar el Fortín de Acosasco, era impenetrable. A partir del 3 de julio, cuando comenzó la
insurrección o la ofensiva final que encabezó el Frente Sandinista, se
intensificó el cerco al Fortín. La Guardia salió (del Fortín) por que la
estratégia fue desabastecerlos, no permitir que les llegaran ni armas ni
municiones o comida.
Omar Iglesias cuenta sobre el rol del Fortín durante su existencia. FOTO: MIRIAM EMANUELSSON. |
Video:
Así fue la toma del Fortín de Acosasco en la insurrección el 7 de julio de 1979 en León, Capital de la Revolución Sandinista
https://vimeo.com/981954533
Tomada la tenebrosa cárcel “la 21” y el Comando
Omar Iglesias, otro de los combatientes,
cuenta que el plan militar del Frente Sandinista era dispersar a la Guardia
Nacional en todo el país. En León fueron atacados al mismo tiempo los puntos
estratégicos más importantes de la Guardia. Fueron El Comando de
la GN, la cárcel “La 21”, el aeropuerto Godoy, el Banco Central y el Hospital.
A la vez fueron colocados comandos sandinistas en la salida de las carreteras
hacía la capital Managua, a la ciudad Chinandega y a la carretera que se
dirigía hacia el Fortín. Los comandos tenían la tarea de emboscar los refuerzos
enviados para aliviar la presión en los cinco puntos estratégicos y cercados en
León.
– Todos esos puntos eran estratégicos y la Guardia no
tenía por donde entrar porque estaban rodeados.
– Al principio de la insurrección tuvimos muchos muertos producto de la
inexperiencia. Después vinieron compañeros con más experiencia y tuvimos un
buen resultado. Y ahí la Guardia iba retrocediendo hasta que venimos y los
hacemos recular a la “21” y el Comando (general de la GN). Llegó un momento
cuando el 16 de junio de 1979, la Guardia abandona “la 21” y se viene para el
Fortín. Lograron romper el cerco tanto de los “Terceristas” como los de “GPP”
(dos de las tres “tendencias internas del Frente que en 1975 se había dividido
pero se unió en la insurrección del 1978-79), subraya Omar y sigue su relato:
– El 20 de junio se da la liberación del Comando. Pero antes de eso
tuvimos que perder algunas vidas valiosas de compañeros combatientes y también
comandantes al mismo tiempo que habían estado con nosotros casi todo el tiempo
de la insurrección. Entre muchos Vicente Patiño, un ecuatoriano conocido como
“Ariel”.
Combatientes sandinistas en combate en una
de las calles de León.
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Adentro del Comando se encontraba
en esos días de la confrontación militar el máximo jefe de la Guardia
Nacional en León, el Mayor General Gonzalo Evertz, alias ”Vulcano”.
Ante el hecho de la derrota militar, el general tomó civiles como rehenes y
puso a los sandinistas ante un delicado problema; matar al general que estaba
en medio de una multitud y arriesgar matar a civiles o permitir que se
trasladara al Fortín. Se eligió la segunda alternativa. El general fue
rescatado el 7 de julio por un helicóptero militar cuando el Fortín estaba
totalmente cercado y los soldados de la Guardia Somocista huían hacia Puerto
Sandino.
Ricardo Baltodano, que en el 1979 luchaba bajo el alias de “Lucas” era
uno de los combatientes sandinistas que entró al Comando el 20 de junio. En un
programa radial en el año 2001decia:
“Los guardias habían hecho un hoyo en la pared del
Comando, por cierto se las fui a enseñar a mis estudiantes de historia un día
de éstos, y en la casa de al lado estaba la fosa, donde enterraron las armas y
encima les pusieron los cadáveres. Cuando nosotros llegamos, ya estaban en
descomposición; en ese momento estaban engusanados. A mí hasta me dio hepatitis
por haber manipulado esos muertos.
Las armas estaban amarradas en moños. Yo puse los
primeros moños en la camioneta y los Terceristas me los quitaban, y se dio un
forcejeo entre la Dora María, “La China” y Mauricio. Yo me llevé unas ochenta
armas. Me las llevé a donde un colaborador de Zaragoza y delegué a un
combatiente de la Unidad de Combate Carlos
Agüero, quien pasó varios días limpiándolas y armándolas. Luego me
dieron la orientación de cómo se iban a repartir. El hedor no se les pegó
tanto, porque estaban bastante engrasadas.
Ése fue el lote de la GPP, pues los Terceristas
querían quedarse con todo. Sobre el propio lugar se dividen las armas. La China
me las manda a dejar. Y luego regreso y me llevo a los guardias” [1].
Las destacadas
mujeres combatientes
Al interior de la guerrilla sandinista se
destacaron sobre todo las mujeres. Los combatientes que habían sido apostados
en la falda de la montaña donde estaba ubicado el Fortín fueron comandados por
la comandante guerrillea Leticia Herrera, alias “Miriam”. Andrés Lara,
que en esos días tenía 18 años se recuerda esos días como fueran ayer cuando
participaba en la toma del Fortín bajo el mando de “Miriam”:
– Venimos el 7 de julio (al Fortín) cuando la Guardia salía desbandada
y la seguíamos. Pero aquí, dice y hace un gesto con la mano hacia las
trincheras, la Guardia no dio lugar. Llegaron compañeros, tomaron posiciones
pero la Guardia ya era aniquilada.
– Les tocaba de salir (los sobrevivientes guardias)
del Fortín y los seguíamos, pese a los helicópteros y aviones dándonos balas
hasta llegar a Puerto Sandino, unos 25 kilómetros del Fortín. Ahí estaban
esperando unas pangas, barcos de la Guardia. Nosotros regresamos al Fortín.
Cuenta que había cascos y uniformes de guerra de la
Guardia tirados ya que los guardias se dieron cuenta que el juego ya estaba
perdido. Trataron de mezclarse con la población civil para evitar ser tomados
como prisioneros de guerra. Lara hace un gesto con la mano, indicando un rincón
al lado el muro del Fortín, donde había una fosa con cadáveres de toda clase de
presos.
Andrés Lara tenía 18 años cuando participaba en la toma del Fortín. FOTO: MIRIAM EMANUELSSON. |
Dicen que
aquí hay unos 50 guardias enterrados. . .
– No solo guardias sino también compañeros y luchadores políticos. Aquí
los traían para asesinarlos.
¿Cuántos
guardias permanecían apostados aquí?
– Eran por lo menos mil guardias. Esto era al mismo
tiempo un lugar de tránsito, un lugar de descanso. Difícil decir exacto pero
eran bastantes. Cuando el Frente los presionó salieron en desbandada. La
liberación de este pueblo costó, a sangre y fuego se hizo.
¿Sentía mucho
júbilo por que León estaba prácticamente liberada de la Guardia?
– Si, porque el Fortín era lo último que tenía la
Guardia.
Video:
“Aquí estaba la cárcel y aquí torturaban”
El Búnker del
Fortín y la tortura
Es húmedo y refrescante cuando bajamos por la grada y
entramos al Búnker del Fortín. Es totalmente redondo y contra las que fueron
las paredes estaban las celdas de los presos políticos. Segustín Reyes
Hernández, como guerrillero sandinista llamado ´William´, pertenecía a la
Columna Carlos Manuel Jarquín y operaba en León y en otras partes del país con
sus hermanos de guerra. Hace gestos con la mano para indicar las celdas y la
pila en donde los verdugos de la Guardia Nacional metían sus víctimas en agua
mezclada con sal para que la piel del preso se secara.
En el arduo trabajo para reconstruir el Fortín como un
museo y lugar emblemático por la lucha heroica del pueblo sandinista, los
entusiastas como Segustín y Omar han recopilado los nombres y apellidos de los
presos que fueron traídos al Fortín, vivos y muertos. Son muchos.
Entre las historias rescatadas de la lucha contra la
dictadura somocista figura el relato de como fueron encontrados 200 cuerpos de
sandinistas o luchadores políticos que habían sido presos en el Fortín y que
fueron ejecutados y enterrados en el terreno de un matorral en las cercanías
del Fortín.
– Aquí al lado (del Fortín) estaba el Repollal, donde
llevaban todos los chavalos que agarraban presos en León y ahí los mataban. Ahí
mismo hacían el hoyo y “ruung” quedaba ahí, pues, dice Segustín.
Otros personajes como el poeta Guillermo Ramos, con 70
años de edad se recuerda también la época de los Somoza el gran terror de los
días oscuros de “El Repollal”, como llamaban al montoso terreno alrededor del
Fortín de Acosasco, “ya que cualquier preso que era enviado a ese lugar
difícilmente regresaba con vida a su casa. Es más, nunca se sabía su paradero”,
indica. Los asesinados quedaban al aire libre, y sus calaveras esparcidas por
el terreno de lejos se miraban como
repollos.
El ex alcalde de León, Dr. Rigoberto Sampson:
“Recuerdo que de chavalos hacíamos caminatas a la
orilla del río y escuchábamos los desgarradores gritos de los presos que iban a
ser ejecutados. Después de varios tiros, el silencio reinaba en el lugar y
nosotros temerosos deteníamos el paseo”, dice.
En esta pila fueron colocados los presos en el agua y se aplicaba las corrientes de energía, como enseña Seguistín Reyes Hernández. FOTO. MIRIAM EMANUELSSON. |
Las Celdas y
las Pilas de la Tortura
Cuando entramos a las celdas una bandada de
murciélagos casi nos choca con nuestras caras, los animales asustados por la
inesperada visita. Tienen su escondite en las oscuras celdas donde eran
trasladados los presos políticos antes de ser torturados o ejecutados.
En las celdas, dice Benito Lacayo, cabía según el
ánimo de la Guardia.
– Me detuvo la Guardia Nacional en medio de la lucha
de la guerra porque anduve en una misión. Los Guardias no estaban en sus cinco
sentidos, sino bien drogados, con los ojos chinos. Y nos amenazaban; “¡Si los
vemos otra vez los matamos”! Así reaccionaron por su carácter represor y de
ejército interventor.
Llegamos a “La Pila”. Una angosta construcción, quizás
50 centímetros por cuatro metros y una profundidad de un metro. El agua entraba
por una punta de la pila y salía por la otra. Adentro había cables de
electricidad en donde los presos eran torturados. Los gritos estremecían a los
demás presos en el Búnker.
Benito Lacayo del Grupo de Trabajo por la restauración del Fortín. FOTO: MIRIAM EMANUELSSON. |
La Pila de
Salitre
A unos diez metros afuera el Búnker y en una ligera
bajada desde la cocina del Fortín aparece “la Pila de Salitre”. El calor es sofocante este domingo.
A medio día la temperatura llega a 35-38 grados. Segustín cuenta sobre cómo la
Guardia torturaba a los presos en esta pila donde el agua llegaba hasta el
cuello. Ahora está lleno de vegetación pero en esa época se llenaba con seres
humanos.
– No solo la llenaban con agua sino también con sal.
El sol ardiente y el agua mezclada con la sal secaba terriblemente el cuerpo
del preso.
Internacionalista
uruguayo y el Fortín
Vamos a la entrada del Fortín y a su lado izquierdo
esta “El Horno”. En la distancia vemos que se ve como una terraza fundida en
cemento con las medidas 6-7 metros largo y 1.20 metros ancho. Encima está
escrito ¡“FSLN-VIVA LA REVOLUCIÓN”! En el medio de la terraza hay un hueco.
Cuando nos acercamos vemos que tiene una entrada al lado izquierdo que era una
“minicelda” con una altura máxima de no más de 70-80 centímetros. Es decir, era
imposible de estar parado en lo que debería haber sido un terrible horno de
tortura.
Video: Así se torturaba en el “Horno”
Nos acompaña Jorge Capelán, un internacionalista que a
la edad de 14 años acompañó 1976 su madre, una activista política, al exilio
debido del golpe militar en el Uruguay, en junio de 1973. Llegaron a Venezuela
pero cuando triunfó la revolución sandinista en julio 1979, llegaron a la
tierra de Sandino. Un año antes que ganara 1990 la candidata del imperio
estadounidense, Violeta Chamorro, Jorge arribó al sur de Suecia donde nos
conocimos. Con la victoria nuevamente del sandinismo en noviembre del 2006,
Jorge se preparó para regresar a lo que ha sido para él su segunda patria,
Nicaragua. Trabaja con el portal de la emisora Radio la Primerisima desde León.
Participa con entusiasmo en el proyecto de restaurar el Fortín como mueso.
Jorge Capelán, internacionalista uruguayo que en su tiempo Libre de la Radio la Primerísima se dedica a trabajar por la restauración del Fortín. FOTO: MIRIAM EMANUELSSON. |
El Horno de
tortura
El sol ahora arde y en el cemento del “Horno” se
pueden freír huevos. La camisa se siente como empapada y la mochila en la
espalda con cámaras y cables está pegada como un chicle.
– No hacía falta estudiar marxismo para odiar al somocismo,
dice y mira al hoyo donde los guardias metían a los presos.
– Yo no estuve en la insurrección, como los
combatientes que quieren rescatar y reconstruir la Memoria de la guerra de
liberación. Yo estuve en la otra guerra en contra los Contras. Era miembro de
la Juventud Sandinista (JS 19 de Julio) pero estuve también en el Ministerio de
Agricultura y del Ministerio de Educación. Trabajé casi todo el tiempo en zonas
de guerra. En el municipio de Somotillo, cerca la frontera con Honduras y
estuve movilizado varias veces en las Batallones de la Reserva.
Dice que había muchos latinoamericanos exiliados de
diferentes países en Nicaragua en esa época. Con el triunfo de la Revolución,
que en los últimos meses prácticamente fue reportado en vivo, sobre todo de un
periodista mexicano, eso motivó a muchísima gente de moverse hacia Nicaragua.
En esa época el Cono Sur era controlado por dictaduras militares en Chile,
Bolivia, Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay. La perspectiva después de la
arremetida terrible expresada en “Operación Condor”, era muy oscura. Pero con
el triunfo sandinista en Nicaragua la gente comenzó a respirar lucha y combate
en todo el continente latinoamericano.
– Yo conocí mucha gente que entró combatiendo, entre
ellos uruguayos. Un joven venezolano solo de 16 años vino a Nicaragua para
incorporarse. Y como a los tres meses vino la mamá para buscarlo, cuenta y tira
una carcajada sobre la anécdota. Ilustra muy bien el impresionante entusiasmo y
alegría popular en América Latina por el triunfo sandinista en esos años, a
pesar de la Guerra de Intervención estadounidense a Nicaragua.
"El Horno", o mejor dicho; El Literal Infierno para el preso que fue sometido a las más bestiales torturas en el hueco donde la temperatura era hacia 90-100 grados. FOTO: MIRIAM EMANUELSSON. |
¿Se lo llevó al
hijo?
– Si, si, se lo llevó. ¿”Que haces aquí, chico”? y se
ríe otra vez.
– Aquí llegaba todo el mundo. En el centro de León
llegó el famoso poeta Allan Ginsberg de Estados Unidos, recitando.
No quiere decir que esa euforia sea la misma en 2017,
dice. Los retos hoy en día son enormes, todo un aparato cultural e ideológico
bombardea a la juventud y al pueblo 24 horas al día, por supuesto que eso tiene
defectos en la conciencia del pueblo, reconoce.
– Por eso el proyecto del Fortín es importante. No hay
que olvidar que aquí hubo tres gobiernos neoliberales durante 16 años,
gobiernos que intentaron abolir la historia. Un ministro de educación, Humberto
Belli, trató de quemar las cartillas de la Alfabetización. Es la conciencia del
Siglo XXI y el Siglo XXI es así, para bien o para mal. Pero es fundamental, si
Nicaragua va a tener un desarrollo propio, que tenga una conciencia muy solida
de su propia historia. La idea de este proyecto con el Fortín de Acosasco va un
poco en ese sentido.
EN UNA DE LAS
PAREDES DEL Búnker están los retratos del Estado Mayor del FSLN en León, todos
muertos antes del triunfo el 19 de julio de 1979. Al lado de ellos, una
infinita cantidad de nombres y apellidos escritos con marcador en papeles
grandes con los nombres de los mártires que dieron sus vidas en el combate por
la liberación de Nicaragua del yugo fascista somocista.
– Era una guerra de todo un pueblo, subraya Benito
cuando relata sobre las personas masacradas y tiradas en las calles de León,
documentadas en fotos de fotocopias.
– La Guardia estaba rodeada en toda la ciudad. A las 5
de la tarde comenzaba una balacera tremenda, diariamente a partir del 4 de
junio de 1979. La aviación, que era un Hércules, tiraba bombas de 500 libras
(226,8 kilos) de fósforo blanco y unos Push-pull (Lockhead, EEUU) de dos colas
que sí hacían más daño. Cuando teníamos armas más pesadas no se bajaban tanto
pero era momentos de horror y no pocos compañeros murieron por eso.
Un Mueso de
verdad
Benito Lacayo es el tercer ex combatiente del
grupo del trabajo para la restauración del Fortín:
– Estamos en plática con todas las autoridades
municipales y con la ayuda del comandante guerrillero David Blanco y la
comandante guerrillera Leticia Herrera queremos buscar financiamiento del
proyecto para restaurar el Fortín. Ahora se está haciendo un diseño para la
restauración como era originalmente. La idea incluso es raspar todas las
paredes para que aparezcan todos los presos que estuvieron aquí, tanto civiles,
borrachos como presos políticos y ver cómo fueron torturados con
electrochoques. (En las paredes los presos acostumbraban grabar sus nombres,
pero muchos de ellos hoy en día están ilegibles, ocultos bajo capas de
suciedad) Cuando se tomó el Fortín había unas sillas de tortura. En fin
queremos un Fortín que muestre la lucha anticolonial y todas las luchas de León
hasta 1979 cuando fue la última Batalla para la toma de esta fortaleza por el
pueblo encabezado por el Frente Sandinista, cuenta durante el recorrido en el
Búnker.
El sueño de Benito Lacayo u otros ex combatientes sandinistas en León es que el Fortín se vuelve a ser un museo de verdad. FOTO: MIRIAM EMANUELSSON. |
– La actual generación y las futuras no saben mucho
(de su historia). Porque desde el 1990 hasta 2006 la lucha del pueblo se tapaba
por los tres gobiernos neoliberales; Violeta Chamorro, Arnoldo Alemán y Enrique
Bolaños. No hay que revivir la guerra para hacer la guerra sino revivir el
pasado para no cometer los mismos errores, si no, los vamos a seguir
cometiendo. Ese es el objetivo del museo y vamos a tener un equipo de filminas,
un equipo de parlantes, pero necesitamos dar mayor acondicionamiento a esto, y
hace un gesto a las paredes y las construcciones deterioradas, no solo por los
ladrones sino también por el paso del tiempo y del clima.
Toda una
cronología
– En León hay muchos compañeros que puede relatar la
historia como si fuera una novela. Cuando estuvieron presos, fueron torturados.
Nuestra labor, que hemos iniciado con Jorge Capelan, es en función de hacer
memoria, para que queden escritas esas memorias de todos los combatientes del
1956, que es el dato que tuvimos como primer referencia que fue la muerte del
primer Somoza y la inmolación que hizo Rigoberto López Pérez. Pero a partir de
ahí, o de la muerte de Augusto Cesar Sandino en 1936, no ha dejado el pueblo de
Nicaragua de luchar. Toda esa experiencia es el cúmulo histórico de por qué
este pueblo tiene su independencia. Y pienso que hay que recuperarlo y
recobrarlo para tenerlo vivo para no cometer los mismos errores. Y más ahora
cuando se dice que nuestro presidente (Daniel Ortega) es un “dictador”. Y con
mucha más razón tenemos que recobrarlo porque no podemos permitir nada de eso,
dice y se ríe de la ironía.
– Es mejor dirigir esa energía hacia la paz y hacia un
bienestar para todos. Y si vamos a pelear, mejor que lo hagamos en un partido
de béisbol.
El deseo de los compañeros en León es conseguir
paneles de madera bien iluminados en donde pueden colocar fotos plastificadas
que no se dañen por la humedad en el Búnker o en cualquier otra parte del
Fortín. Pero mientras tanto, ya están las fotos copiadas en papeles de tamaño
A2.
– El Fortín tiene 20 manzanas (aproximadamente 8
hectáreas). Durante el somocismo eran 40 manzanas, ya tomaron 20 (en invasiones
de tierras, etcétera). Nosotros hemos luchado desde el 2012 para mantener las
20 manzanas porque es un patrimonio nacional y deben ser los combatientes que
respondan por ese patrimonio, porque fueron ellos los que recuperaron en hecho
y facto el Fortín.
– Ahora muchos de los combatientes somos viejos,
estamos jodidos y enfermos, pero sus hijos pueden trabajar en este proyecto.
Muchos compañeros son inválidos, lisiados por la guerra, resume Benito.
SALIMOS DEL
FORTÍN ese domingo tranquilo pero de un
calor ardiente. ¿Para qué quejarnos del clima? Nunca estuvimos adentro el “Horno”,
o “la Pila de Salitre” o “la Pila de los electrochoques” como hicieron los que
dieron su vida con el grito: ¡“Patria Libre o Morir”! que era la consigna
durante esos largos años de lucha por la Liberación de esa pequeña pero
orgullosa nación centroamericana.
Y juran de seguir la lucha por mantener la paz, pese a
las amenazas de los sectores fascistas y obsesionados en Washington que amenaza
con un “Nica Act” al exitoso desarrollo social y político que representa los
tres gobiernos sandinistas desde la recuperación del poder político en enero
del 2007.
Si fuera necesario, no hay duda que los hijos e hijas
de Sandino están preparados para dar su grito de guerra contra el Invasor
Yankiee: ¡“Patria Libre o Morir”!
[1] León, ¡nunca vencido!