lunes, 12 de diciembre de 2011

Vive en los nicaragüenses ejemplo del comandante Gaspar García Lavian






Por Erving Sánchez Rizo
11 de Diciembre de 2011

MANAGUA / A 33 años de su muerte en combate en el sur de Nicaragua, enfrentando a la guardia somocista, el sacerdote de los Misiones del Sagrado Corazón, Gaspar García Laviana, continúa viviendo con su ejemplo en el corazón y recuerdo de los nicaragüenses, especialmente aquellos que lo vieron, le conocieron y sintieron como aquel religioso se rebeló contra la injusticia cometida contra el pueblo pobre y eso fue evidente en los tres actos que fueron realizados en honor a su memoria.




COMBATIENTES HISTÓRICOS y compañeros de Gaspar en la guerrilla sandinista.




“De Asturias el misionero, que araba sobre la mar”, recuerda una canción sobre aquel sacerdote español que se vino de Nicaragua en 1970 y pronto comprendió la tragedia que le tocaba vivir todos los días al pueblo nicaragüense, lo que chocaba con el conocimiento y vivencia del evangelio, y eso es lo que se recordó en los actos realizados este domingo en las localidades de San Juan del Sur,  Río Mena en el municipio de Cárdenas y en Tola, todos pertenecen al departamento de Rivas.

En la localidad de Río Mena, en el municipio de Cárdenas, donde fue  celebrado el acto central,  es  el sitio donde cayó el religioso en combate con la guardia del tirano Anastasio Somoza, recordaba Amílcar Aguilar, Secretario Político del Frente Sandinista de Liberación Nacional en el departamento de Rivas, mientras hablaba con la concurrencia de campesinos de la localidad y de San Juan del sur que acompañaron al sacerdote al integrarse a la lucha contra el somocismo.

“Hace 33 años cayó el Comandante Gaspar, en este lugar histórico donde cayó muerto en combate  el padre”, apuntó el compañero Aguilar, quien a su vez  explicó que la sangre del sacerdote español fue semilla de liberación para Nicaragua y ejemplo para las nuevas generaciones de nicaragüenses.



Apuntó el Secretario Político de Rivas, que poco tiempo después de la caída del sacerdote español,  el pueblo nicaragüense logró la victoria sobre la dictadura somocista y hoy continúa cosechando más victorias, como la alcanzada en las pasadas elecciones de noviembre y ”como las que se seguirán alcanzando contra la pobreza”.

Testimonios emocionados sobre el comandante Gaspar

“Logró cambiar la parroquia, sotana y confesionario, por montaña y evangelio, fusil revolucionario”, continuaba diciendo la canción dedicada al sacerdote revolucionario y que en todos los actos estuvo de fondo musical, pero lo trascendente de todo esto es que refleja la lucha de este cura español que no solo se reveló contra la dictadura sino contra sí mismo, al decir, según el también español Javier Coronado, que “la ayuda que él lograba para los campesinos, era ayuda  al régimen, porque estaba parchando la situación”.



Coronado, quien también es un español asturiano y que llegó en el 2004 a Nicaragua siguiendo la ruta ” del comandante Gaspar García Laviana, explicó que el cura revolucionario se fue a la guerrilla porque sintió que no hacía mucho desde el púlpito y él quería tres sueños para Nicaragua. El primero era educación plena para el país, el segundo sanidad plena y el tercero que se cumpliese los derechos para el pueblo.

Asegura Coronado que Gaspar García provenía de una familia española de mineros y que en Nicaragua al tomar conocimiento de la situación comenzó a forma una estructura de colaboradores y casas de seguridad para el Frente Sandinista, al que se unió definitivamente en 1974 y entró por el Frente Sur desde Costa Rica con el comandante Edén Pastora.

El comandante Gaspar García Laviana, de acuerdo a testimonios de los combatientes históricos Pedro Avilés y José María Guadamuz, al triunfar la revolución no se integraría al Ejército, sino que continuaría luchando por los pueblos pobres y aseguran que su mira en ese momento estaba en la lucha guerrillera de Guatemala, pero ya no llegó, su vida fue truncada al ser muerto en combate un 11 de diciembre de 1978.

Otros actos con testimonios, música y bailes fueron celebrados en San Juan del Sur, donde oficiaba misa el sacerdote antes de partir para la guerrilla y en Tola, Rivas, donde también realizaron un acto recordando su memoria.